El que es bueno de verdad
(sin montajes, sin trampas o sin posibilidad de engaños)
es el que no tiene nunca que agradar a alguna mentira
ni nunca se ha servido de un poder
para defender el que lo respeten u otra cosa; o sea, en claro no busca FAVORECERSE por un poder de los miles que hay: mediático, retórico o demagogo, apego a causa o a "caballo ganador" (que conlleva comodidad o el evitarse muchísimos esfuerzos), fanatismos de patria o de siempre exclusión, grupo, tener influencias, alineación (que conlleva inevitablemente recibir una "sobreprotección"), etc.
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