No existe bien sin una desobediencia directa al mal. No existe bien sin una acusación directa al mal. No existe bien sin una descalificación directa al mal. No existe bien sin una renuncia a todos los premios, comodidades o "no problemas" que da una sobreprotección no basada en lo inengañable éticamente o en razón.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
sábado, 10 de noviembre de 2018

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