lunes, 23 de diciembre de 2019

A Jesucristo no se ocurrió nunca poner bien al mal, o sea, nunca se le ocurrió poner como bueno al mal (ése es el EQUILIBRIO ESENCIAL). Por obligado, a todos tuvo que decir que, lo que está mal, ¡pues está mal!, pasara lo que pasara, pero TUVO QUE DECIRLO
Una persona fiel al Bien, también ha de decir que, lo que es error o inmoral, ¡es inmoral! Y si renuncia a decirlo o lo distorsiona, pues ya traiciona al Bien o lo perjudica. 
En mi caso, también (pero siempre en decencia avalándome por la RAZÓN y por el DEBER ETICO) día a día me he visto obligado a decir exactamente todo lo que he tenido que decir. Pase lo que pase y DIGAN LO QUE DIGAN. ¡Claro!, todo el mundo es responsable de no perjudicar al Bien cada instante de su vida. 

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