La cultura de cualquier animal (en su contexto equilibrado) responde a la naturaleza complementándola y beneficiándola; por el contrario, la cultura del ser humano responde ante todo a su ego (inventándose tonterías, procedimientos y culebrones míticos) sin consultar previamente a la naturaleza, perjudicándola.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
lunes, 6 de enero de 2014

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