Un país jamás tiene razón (pues ¿quién?), ya que la razón es únicamente aplicar todas las reglas racionales (no unas sí y otras no) pero siempre frente o en prioridad a intereses parciales o locales. En coherencia o en el fondo, el aporte racional o constructivo solo lo realizan unas personas con nombres y apellidos, aunque tras miles o incontables esfuerzos y sacrificios (por enfrentarse a las incontables sinrazones cómodas y sus infranqueables o poderosas protecciones correspondientes).
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
sábado, 28 de junio de 2014
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
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