Los hechos buenos no se pueden restringir ni prohibir (p. ej., no se le puede a nadie reprobar que cuide árboles o animales, porque siempre todo el bien por hacer es, además de bienvenido, insuficiente o poco). Sin embargo, lo que sí es reprobable moral o éticamente es el servirse de un bien para suplantar o anular a otro, o sea, el que tú niegues o rechaces un bien porque te excusas en que haces otro o que te sirve otro para negarlo o ya no verlo válido o taparlo porque lo desprecias.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
martes, 22 de julio de 2014
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
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