lunes, 20 de octubre de 2014

Al nacer, a ti te dan cosas irrenunciables relativas a la naturaleza o a los genes que no puedes elegir (de ellas no eres responsable); pero, a partir de ahí, te van dando tradiciones que tú perfectamente sí puedes coger o no coger, elegir o no elegir conforme si ésas son elaboradas desde el machismo, racismo o maltrato a la naturaleza o a los animales. Eso, tú tienes voluntad y asimismo una razón y unos deberes éticos obligatorios por aplicar (que no son opcionales para que seas ético); entonces, si los eludes cualquier descalificación es obligatoria (en digna defensa de la ética y en ineludible condena o reprobación de lo antiético) que se te aplique. 
Claro, cuanto más antiético eres menos respeto mereces; ¡siempre!, puesto que el respeto es merecido conforme a la autoridad ética o moral que alcances con tus deberes éticos cumplidos, a hechos. Si matas, no, la acción ética no te puede respetar; apáñate un primo tonto -o estúpido o cruel- que lo haga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario