En todo ser vivo la finalidad de sus actos reales retornan a lo real (a la coherencia probada o a la razón), también sus respuestas o expresiones retornan a la coherencia de lo que es real; pero en muchos seres humanos (por el efecto de su obedecer a lo que no es natural ni real ni lógico ni decente) la finalidad nunca es retornar a su procedencia o al sentido equilibrado, sino se separan con apología del error (se creen privilegiados, "oyen voces de arriba", se inventan o viven caprichos, leyendas y alucinan mentalmente en pro de la mentira-sinrazón).
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
domingo, 5 de abril de 2015
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
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