La inteligencia es voluntad de lo que hace; la voluntad es decidir libremente; decidir es valorar, hacer una valoración propia y proceder con respecto a ella; valorar es juicio (medir, comparar, lucubrar, indagar y concluir asertivo); además, la sensatez es un juzgar racional. Por lo tanto, el juzgar es siempre consubstancial a la inteligencia, sí, algo imprescindible e inseparable de ella.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
lunes, 1 de junio de 2015
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
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