La LIBERTAD DE PENSAMIENTO tiene responsabilidad y conciencia;
la LIBERTAD DE EXPRESIÓN no.
Por eso se debe permitir la segunda (por tolerancia a que "tu decir" sea posible con todos sus caprichos y emociones), pero proteger siempre más la primera (porque construye y da bien).
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
sábado, 22 de agosto de 2015

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