domingo, 25 de octubre de 2015

El que se le falte el respeto al mal es siempre imprescindible y obligatorio éticamente; asimismo a lo que equivale objetivamente al mal, es decir, al que siembra y protege la sinrazón-antiética o también al que no permite una ayuda nunca al bien o al que demuestra por uno u otro motivo (casi siempre por un buenismo estratégico que difunde en mil medios que hace un bien a la vez que impide razón y pisotea todos los demás valores éticos).

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