Ése que ya te ha censurado (ocultado o evitado o prohibido) tu voz, por determinación de su voluntad (terca al error) siempre censurará ya a la misma razón; así es la intolerancia al juego limpio, al bien o a la verdad.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
domingo, 15 de noviembre de 2015

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