SI todo tiene una causa, un desarrollo-interacción y una consecuencia real, el ser humano puede mentirla (decir que es otra en desequilibrio) o negarla o darle las espaldas o emborracharse o suicidarse; quiero decir, lo cierto es que EL SER HUMANO PUEDE DECIDIR EL PERCIBIRLA O NO, utilizando todos esos recursos del mentirla, del evitarla o del enloquecerse él mismo por separarse de ella.
La RAZÓN-ÉTICA (o la misma naturaleza) precisamente están de salvaguarda o de reguladora para que eso no lo haga; pero él ya alineado, él ya manipulado, él ya dejado a cualquier interés de poder, él ya creyendo fanática o estúpidamente cualquier cosa a costa de los principios éticos o de su alma, evita también la razón-ética rastreramente, sí, porque anula al que le demuestra algo al abrigo de únicamente de razón (¡sin más abrigos o respaldos!).