El bien, al igual que el ACIERTO, tiene precisión, o sea, es únicamente uno en concreto (tiene un solo camino); en cambio, el mal ya es infinito, a miles de maneras de manifestarse, a miles de maneras de equivocarte, de confundirte o de engañarte siempre si no te apoyas en el que te demuestra (a juego limpio-racional-imparcial) el bien. No hay otro camino.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
domingo, 13 de marzo de 2016

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