El mal nunca está determinado aislada o independientemente ya como mal (o sea, nadie hace un mal en determinación como tal), sino el mal originariamente es el esquivar-impedir el bien, el confundir el bien, el manipular el bien, el enturbiar el bien o el proponer ya astuta o irresponsablemente miles de caminos que no son el bien o el juego limpio de la razón-ética. En honor a la verdad, así es y es lo que hacen la mayoría de los desafortunados (en destruir ética) intelectuales (españoles, estos sí a probación) que ha tocado en esta época.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
domingo, 13 de marzo de 2016

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