Ninguna verdad debe estar supeditada a una mentira (pues dejaría de ser verdad); por eso, se ha de luchar contra cualquier mentira, sin darle un favor a una (o sea, un favor-ayuda de dejarla pasar o de disfrazarla o de no descalificarla en coherencia ineludible a la precisa repulsa de lo antiético).
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
jueves, 24 de marzo de 2016

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario