lunes, 25 de julio de 2016

Para hablar racionalmente con una persona, primero te lo tiene que permitir sin que le dé ella un fácil o cobarde o irresponsable portazo a la verdad.  Eso es evidente, puesto que si a la razón le das un portazo, no ganas nunca, sino solo haces como el avestruz que, con meter la cabeza bajo la tierra, cree él haber vencido sin afrontar... ¡nada!

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