lunes, 1 de agosto de 2016

El mal nunca te va a dejar en paz, nunca te va a dejar rezar o hacer el bien (no seas estúpido); claro, te tienes que dar cuenta que el mal quiere acabar de una vez por todas con el bien y, por eso, no puedes esconderte de él, mirar hacia otra parte (para ayudarle), sino confrontarlo.

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