Nunca jamás trates a los demás como te gustaría que te tratasen a ti, ni lo intentes, puesto que pueden tener otros gustos u otra diferente naturaleza, la cual nada tiene que ver con la tuya. Sirva este ejemplo: Si tú eres masoquista, quieres que te traten a masoquismo.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
viernes, 28 de abril de 2017

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