Siempre, absolutamente siempre, cualquier dios insultaba o descalificaba al mal, porque siempre el mal es insultable-descalificable; pero jamás bien considerado, bien calificado, bien aceptado o bien facilitado (sin darle apenas molestias y sin impedirle nada). ¡La verdad como es!
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
viernes, 4 de agosto de 2017

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