lunes, 8 de enero de 2018

El concebir "lo que parece" de algo, ya es una manera no equilibrada o de antinatura de la existencia. Sí, porque una cebra (como producto natural-equilibrado o por mero mandato natural) no puede concebir a un león como una avispa, jamás, no puede un león parecerle una avispa. Así es, cada animal concibe exactamente las cosas como son, siempre empezando por su manera más elemental u obvia. 
En cambio, el ser humano, ya al exhibirse ante un escenario social, ha desarrollado un ego-orgullo-terquedad; cierto, una "marca propia" en la sociedad que, ante todo, necesita ese parecer, tal conveniencia, su invento de "mi verdad" en máximo capricho que se contrapone (o se impone) a la realidad. 

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