lunes, 26 de marzo de 2018

Las leyes son creadas absolutamente siempre por consensos (en las democracias), no por razones irrebatibles con otras razones. Entonces, claro, el bien no son las leyes que, de hecho, han justificado todas las sinrazones posibles durante toda la historia. Porque las leyes, en verdad, no hacen el bien, sino impiden que unos males se acrecienten (robar, matar, todo lo que prohíban, etc), o sea, por una ordenanza o por la fuerza sancionan o castigan y eso siempre disuade a unos males pero nunca los erradica en sus causas. Así es.
Por otra parte, el bien (o la ética) absolutamente jamás admite ésta u otra apología del mal (sinrazón) ni siquiera una orden o prohibición mínima para hacer el bien forzado, forzadamente,  puesto que  un bien es algún hecho constructivo que se hace únicamente con un acto de voluntad en decisión libre sin ningún tipo de presión, o sea, con albedrío y sin orden y sin forzar nada, en un "lo haces porque lo decides tú y punto". Pero, ya una ley hace lo contrario, sí,  te advierte de sanciones o de castigos si te atreves a no aceptarla; por lo cual, es obvio que siempre está presionando a tus decisiones libres, exacto, te obliga a su dictamen o a su imperio (aunque tal imperio, con complejo de superioridad, esté muy lleno de no ética o de evidente dirigismo que a ti te presiona porque lo aceptes por la fuerza, en un sí o sí incontestable).

No hay comentarios:

Publicar un comentario