domingo, 22 de julio de 2018

Objetivamente, el anonimato es uno de los pilares del bien. De hecho la democracia se basa en él: la decisión o expresión política en el sufragio es anónima. De hecho, el cristianismo se lo debe todo a él; pues los cristianos, mientras eran perseguidos, a la fuerza tuvieron que ser anónimos, sí, como también Jesucristo tuvo que manifestarse para los romanos anónimamente, por seguro. 
Sin mentir, en una dictadura, la libertad por la fuerza ha de ser anónima. Correctamente, en todo lo que no quieras tu protagonismo público (porque no lo ves ético, por cuanto tal protagonismo conlleva una inevitable complicidad) has de ser a la fuerza anónimo. Y eso es muy ético, siempre y cuando no venga precedido de mentiras o de alguna complicidad con ellas.

1 comentario:

  1. Otra cosa que no tiene nada que ver es la valentía.

    La VALENTÍA es tu atreverte a afrontar riesgos, que no está contrapuesta al anonimato.

    Para que te enteres ya:
    Spiderman era el más valiente de todos y era anónimo "bendita o éticamente"
    (si no te hablo de tu mundo "no lo entenderás").

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