lunes, 17 de septiembre de 2018

Para amar la vida, tienes que amar su luz  (su "no conducirla a un error"). 
Para hablar a los demás de bien (en un "no confundir" o en un "no causar que los demás se equivoquen"),   primero tienes que no ponerles zancadillas a los recursos del mismo bien (razón-luz-ética).

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