El que es bueno de verdad
(sin montajes, sin trampas o sin posibilidad de engaños)
es el que no tiene nunca que agradar a alguna mentira
ni nunca se ha servido de un poder
para defender el que lo respeten u otra cosa; o sea, en claro no busca FAVORECERSE por un poder de los miles que hay: mediático, retórico o demagogo, apego a causa o a "caballo ganador" (que conlleva comodidad o el evitarse muchísimos esfuerzos), fanatismos de patria o de siempre exclusión, grupo, tener influencias, alineación (que conlleva inevitablemente recibir una "sobreprotección"), etc.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
domingo, 7 de abril de 2019
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
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