A algunos se les ha metido en la cabeza lo de la verosimilitud: algo parece real, parece razón o parece verdad. Claro, en el mundo de la literatura (del contar), por conveniencia, ese es un recurso. Pero todo está basado en la realidad aunque luego se desvíe o se distorsione interesadamente por otro sitio, y eso ya no se quita por mucha conveniencia que exista. Si te haces un tratamiento médico, éste no puede estar nunca basado en lo verosímil, si no, la lías; o si conduces un coche o un tren, no puedes basar la conducción en lo verosímil, en lo que parece ser carretera o vía férrea respectivamente, sino en todos los conocimientos absolutamente reales, sí, para no liarla o volverte loco.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
jueves, 14 de noviembre de 2013
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario