miércoles, 13 de noviembre de 2013

El ser humano es un imitador de conductas (de forma general) y un imitador de modelos; ambas capacidades también le orientan en el aprendizaje.

Conforme a la psiquiatría moderna, a una exacerbación de una manifestación de esta capacidad por imitar modelos, ya se le puede "encasillar" como una enfermedad en cuanto que de verdad provoque ciertos daños al mismo individuo que la acuse y a su entorno más próximo; es, por eso, que se habla del "síndrome de Diógenes" y no de otro cualquiera, como por ejemplo del "síndrome de Michael Jason" característico de una extraña transformación de la imagen y de la personalidad.Bien, sirviendo a esto, no existen enfermedades psicológicas no causadas directamente por "desarreglos" en el organismo, sino desafectos que proyectan consecuencias como desafectos según la resistencia de una uno (diferente), sino pérdidas que proyectan consecuencias como pérdidas según la resistencia de cada uno (diferente), sino humillaciones que proyectan consecuencias como humillaciones según la resistencia de cada uno (diferente), sino adicciones innecesarias (ya que las que realizan o maduran a un ser humano en sus aptitudes, sin que perjudiquen a los demás, son necesarias, esto es, la pasión como motivación para una auténtica vocación u oficio es necesaria) que proyectan consecuencias como adicciones innecesarias (pues no administran los recursos vitales derrochando o destruyendo un nivel y futuro de vida) según la resistencia de cada uno (diferente).

Así, ante esas razones, sí, es mejor hablar de variantes psicológicas, no abundar demasiado en enfermedades, ya sea por el desenfreno que causará eso determinando a cualquier rareza como una enfermedad.

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