Un indígena no tiene por qué demostrar que es un indígena, un negro (es decir, de raza negra lo mismo que existe la raza blanca, sin desprecios) no tiene por qué demostrar que es un negro (igualmente una mujer, un niño, una persona sensible, etc.); entonces es la sociedad la que debe reconocer eso (la verdad la mayoría de las veces se ha de aceptar, de respetar éticamente sin ningún reproche), ser tolerante con eso porque exista una mínima dignidad: reconocer que, por poseer ciertas capacidades inevitables, nadie es condenable.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
miércoles, 13 de noviembre de 2013

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