No existe bien, ¡ninguno!, sin honra a la verdad; por ello, hay que evitar siempre lo que la deshonra o la mancilla (como el esquivar una regla racional o el no darle por ti un espacio al que la demuestra).
Honrar a la verdad es la primera (o esencial) prueba de que la proteges.
Honrar a la verdad es la primera (o esencial) prueba de que la proteges.
No hay comentarios:
Publicar un comentario