La maldad siempre es absolutamente un resultado de lo que previamente supone e influye de maldad, de un camino antiético (o de la mentira).
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
lunes, 12 de octubre de 2015

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