El bien jamás, infinitamente jamás, en racionalidad-equilibrio-luz, empieza con la concordia o con la aceptación del error-mal para que sirva como bien, sí, eso es la perversidad del pillo regalando por ahí azúcar envenenado. Puesto que la concordia solo existe una vez que existe honesta responsabilidad, conciencia y capacidad de reconocer cualquier razón o sinrazón. O sea, la concordia (junto a la paz o a la armonía) es el tejado protector, el resultado que evidencia o confirma ya los hechos (acciones) correctos de esos intelectuales españoles que presumen a boca llena "ética" o que van cagándola para ganar premios.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
martes, 20 de junio de 2017
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
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